Para mi flora vaginal, ¿probióticos o prebióticos?


¿Cuál es la diferencia entre probióticos y prebióticos? A menudo se confunden, pero hay una diferencia muy clara entre los dos términos, y ésta se refiere a la función que cumplen en nuestro organismo y, más concretamente, sobre la flora.

Algunos órganos de nuestro cuerpo están cubiertos por una capa de microorganismos –bacterias y hongos– que tienen un papel protector. La mucosa de la vagina y de los intestinos está recubierta de flora bacteriana, también conocida como microbiota.

Los probióticos son microorganismos vivos que, tomados en cantidades suficientes, aportan beneficios a la salud. Ayudan a restaurar la propia microbiota. Todas las bacterias y hongos que conforman la flora vaginal deben estar en equilibrio, manteniendo unas proporciones adecuadas, siendo los lactobacilos los principales microorganismos, que aseguran este equilibrio y, por tanto, contribuyen a mantener el bienestar de la salud vaginal. Cuidar la flora vaginal te ayudará a mantener una buena salud íntima.

El Lactobacillus plantarum es un probiótico con alta capacidad de adhesión a la mucosa vaginal, muy adecuado para restaurar la microflora vaginal si ésta ha sido alterada –por un cambio hormonal o por el uso de jabones agresivos, por ejemplo. Además, crea una barrera protectora que ayuda a prevenir la recurrencia de infecciones vaginales. Así pues, los probióticos ayudan a reforzar la flora vaginal y ayudan a proteger la salud íntima.

Se pueden incorporar probióticos por vía oral –en formato de comprimidos, cápsulas o viales– o mediante la aplicación tópica de las cápsulas vaginales. Es importante tener en cuenta que los probióticos tópicos actúan de forma más rápida y requieren un tratamiento más corto que los probióticos orales.

Por otro lado, los prebióticos son componentes no digeribles de los alimentos. El prebiótico más conocido es la fibra. Los prebióticos son un nutriente para los probióticos, como las bifidobacterias y los lactobacilos. Se usan para restablecer la flora intestinal, pero también, aunque de forma indirecta, los prebióticos podrían reforzar la salud de la toda la microbiota compuesta, principalmente, por la bacteria Lactobacillus.

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